Tras muchos años de guerra y luchas entre la parte norte y sur del país, el antiguo Sudán se escindió en dos, dando paso a Sudán del Sur como estado independiente. Fue en 2011 y desde entonces, la situación ha pasado por diversos estadios, pero siempre con los enfrentamientos muy presentes.
En medio de esta situación, desde Fundación Mary Ward apoyamos el proyecto “Preparadas para triunfar”, que facilita a las jóvenes los recursos necesarios para terminar sus estudios en el Colegio Loreto de Rumbek. Cinco años después de su puesta en marcha, algunas de nuestras alumnas ya han formado parte de la primera generación de jóvenes sursudanesas que han entrado en la Universidad.
Dónde estamos en Sudán del Sur
Rumbek
Rumbek es una zona rural, a unos 400 kilómetros de Juba, la capital, lo que en un país sin apenas carreteras asfaltadas significa muchas horas de viaje. Es una zona de pastores y labriegos, con buenas condiciones climáticas y acceso natural a fuentes de agua. Sin embargo, no existen canalizaciones ni infraestructuras y muchos pozos fueron envenenados, por lo que el acceso real a fuente de agua potable es mínimo. El contexto social se basa en grupos de familias, asociados en clanes que a su vez se organizan en tribus, dentro del pueblo Dinka. Es una sociedad agraria, pastoral y predominantemente patriarcal. Las mujeres se consideran ciudadanos de segunda clase y muchas de ellas sufren emocional y físicamente la institucionalización de prácticas tales como el matrimonio forzoso. El 45,8% de la población es menor de 14 años y la tasa media de alfabetización en las zonas rurales como Rumbek no llega al 10%. En esta zona, una chica de 15 años tiene más probabilidades de morir al dar a luz que de terminar la educación secundaria.
Proyectos que apoyamos en Sudán del Sur
El colegio ofrece una educación completa para el desarrollo no sólo académico, sino también personal y social de las jóvenes. Es la única escuela en toda la región y ha sido reconocida por el gobierno como uno de las mejores en el país. En el centro se alojan 184 niñas y el objetivo es ampliar las plazas, ya que la demanda es mucho mayor.
Dispone de ocho clases, laboratorio científico, oficinas para el equipo administrativo y salas para el profesorado. Además, hay cinco puntos de agua potable y un hall para las estudiantes. Para el futuro, el objetivo es mejorar las instalaciones, aumentar la seguridad y ofrecer becas a las jóvenes, ya que muchas familias no pueden pagar la escolarización de sus hijas o no les interesa. La valla de seguridad es también imprescindible porque el hambre y la pobreza han provocado un crecimiento de la violencia y los robos. Con la sala de informática y la biblioteca el objetivo es aumentar el nivel educativo de las jóvenes: no sólo enseñar a leer sino también a moverse en el mundo de hoy en día.
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