Mercedes Gª de Tejada Serrano nos explica su experiencia como maestra voluntaria en el proyecto Rainbow, que ofrece un lugar para vivir a niñas de la calle en Calcuta.

El proyecto Rainbow ofrece una gran oportunidad a niñas de la calle, abandonadas por sus padres, rescatadas del tráfico infantil o de familias con muy poco recursos económicos. Es por ello que se les acoge en las terrazas cubiertas de cinco colegios de las Loreto Sisters aquí en la ciudad de Calcuta. Las Loreto Sisters les proporcionan espacio para dormir, alimento, la oportunidad de ir al colegio y los refuerzos necesarios para sus estudios y espacio para jugar y disfrutar como merece tener cualquier niña.

A día de hoy se acoge a un total de 560 niñas de entre 3 y 18 años. La mayoría asiste a colegios públicos y algunas acuden a los colegios de las IBVM. Para las niñas que no han podido ir nunca al colegio, se ofrecen cursos puente en los que reciben clases particulares para poder incorporarse a la escuela. Las niñas con dificultades de aprendizaje tienen la opción de cursar estudios a distancia que suelen ser más sencillos.

Tras mi experiencia como voluntaria en dos casas Rainbow, he encontrado bastantes dificultades de aprendizaje. Es muy habitual encontrar poca motivación por los estudios, muchas de ellas tienen problemas de lecto-escritura, sobre todo en la comprensión, por lo que les cuesta especialmente retener la información y poder plasmarla en los exámenes. Vienen de un mundo sin reglas por lo que les cuesta bastante asumir el orden y la rutina, algo en lo que hacen especial hincapié las religiosas. Como maestra, y como cristiana, estoy teniendo la oportunidad de compartir mis aptitudes con estas niñas. Doy clases de apoyo de matemáticas y de inglés, y las tardes las pasamos jugando y compartiendo nuestras culturas, tan diferentes pero a la vez tan unidas, pues lo único que queremos es vivir nuestra vida de la forma más feliz posible.

En un contexto tan complicado para las mujeres como es India, este proyecto promueve principalmente que las niñas tengan un autoconcepto positivo, conociéndose a sí mismas y sus capacidades, estimulando sus talentos. No se busca un prototipo, sino que cada una encuentre su lugar, sus gustos, sus aficiones, sus motivaciones y a partir de ahí, crecer como personas responsables, ricas en valores y autónomas.  Gracias a esta iniciativa se les está ofreciendo otros caminos y alternativas, una vida más digna, la que se merecen, pues no podemos resignarnos a asumir que por haber nacido en un país empobrecido no pueden aspirar a tener una educación y una vida digna. Tenemos que luchar por las personas que lo necesitan, pues todos nos merecemos el cariño, el afecto, la compañía y la oportunidad de crecer como personas.